Alguna vez nos hemos levantado por la noche y hemos visto en nuestra cocina una enorme cucaracha deambulando por el suelo y armándonos de valor, asegurándonos de que llevábamos las zapatillas puestas, hemos decidido que en este mundo no cabemos los dos: o ella o yo.
Hemos levantado el pie amenazador y lo hemos dirigido directamente hacia ese insecto maligno y en el último momento este bichejo que ya corría en busca de refugio ha cambiado de dirección y se ha librado del fatal pisotón cuando ya habíamos cerrado los oídos para no oír el fatal crujido de su cuerpo al reventar.
Esto es tan habitual que los científicos han decido estudiar la respuesta a los ataques de depredadores y pisotones que ha hecho sobrevivir tantas veces a las cucarachas. Los estudios del sistema nervioso de la cucaracha americana (Periplaneta americana) que, chocantemente tiene su origen en África, aunque ya está extendida por todo el mundo, nos han revelado por qué es tan rápida la respuesta ante la amenaza de un pisotón.
El sistema nervioso de la cucaracha posee uno de los canales de transmisión de la información más rápidos del mundo animal, si no el más rápido.
Cuando sus cercos, que son unos órganos sensoriales que se encuentran al final de su abdomen, recogen la sensación del flujo de aire que se genera al iniciar el movimiento para pisarla, inician la transmisión del impulso nervioso hacia las patas. Esta información se traslada al ganglio abdominal, una especie de central de comunicaciones y, mediante los axones de células gigantes, las grandes líneas de comunicación del sistema nervioso de la cucaracha trasladan la información a las neuronas motoras de las patas. Por así decirlo, no necesita pasar previamente por el cerebro para iniciar su respuesta de escape.
Adicionalmente, estos cercos tienen unas estructuras filiformes, en forma de pelos, que son capaces de detectar no solo el movimiento del aire, sino también la dirección en la que el aire se desplaza. En función de la dirección en la que se detecta el origen de la corriente de aire las cucarachas giran de manera automática hacia uno u otro lado.
Si la corriente viene de la derecha, giran a la izquierda y viceversa. Curiosamente, si la corriente de aire viene de manera perpendicular a su cuerpo desde arriba, las cucarachas inician la respuesta caminando hacia atrás.
También son capaces de modular el ángulo de giro y el tamaño de la respuesta tal vez por una evaluación de la información en sus ganglios neuronales.
Esta puede ser una de las causas que hace que las cucarachas se refugien en sitios donde no hay corrientes de aire, como debajo de muebles o grietas, así evitan los movimientos del aire de las que recibirían un estímulo constante, aunque no haya zapatillas o depredadores en sus proximidades.
La próxima vez que veas una cucaracha en tu cocina, avisa a PLAGAS MADRID, no usamos zapatillas, pero evitaremos que las cucarachas te sigan molestando.
